Setenta y siete años sin Machado.
Señor, me cansa la vida y el universo me ahoga.
En este artículo de mi periódico vamos a hacer un
pequeño homenaje a la vida de nuestro gran poeta Antonio Machado pero sobre
todo vamos a hablar de las causas que provocó la muerte prematura de éste. Pero
primero vamos a recordar quién fue: Antonio Machado fue un gran poeta de la
generación del 98, nacido en Sevilla en 1875; su padre, Antonio Machado fue un
folklorista famoso.
Ahora voy a proceder a recordar un poco la infancia de
este personaje, en la que dice que son los recuerdos de un patio de Sevilla con
un huerto claro donde madura el limonero, que se recoge en el poema “Retrato”
del libro “Campos de Castilla”. Machado pasó su juventud en Madrid, donde
estudió, y al morir su padre la familia entró en dificultades económicas que
retraso el proceso de los estudios de éste. Después se trasladó a Francia con
su hermano donde trabajó como traductor y conoció a Rubén Darío, por el que
sintió gran admiración. En su regreso a Madrid trabaja en una revista llamada
Helios y publica su primer libro titulado Soledades
donde se le reconocerá como gran poeta. Machado obtuvo la cátedra de francés
del Instituto de Baeza. Durante su estancia de seis años en esa ciudad
andaluza, se entregó al estudio de la filosofía y letras. En 1931, al
proclamarse la República ,
Machado obtuvo una cátedra en el Instituro Calderón de Madrid. Su vida en
Madrid durante los años republicanos se caracterizó por el estudio, las
tertulias y paseos con sus hermanos Manuel y José. También escribió obras de
teatro junto con su hermano Manuel como: El
hombre que murió en la guerra.
Ahora vamos a comenzar con el punto de las causas de la muere de Antonio
Machado: Antonio Machado se murió de pena. Así lo suelen afirmar los biógrafos
del poeta. El miedo, la pobreza, las interminables esperas en la frontera, el
frío, el fracaso, la nostalgia, la soledad... van a precipitar su prematura
muerte. El aspecto oscuro de los acontecimientos en la guerra que terminará con
el agobiante periodo final por España y Francia. La separación durante la
guerra y luego el tremendo sinsabor de saber a su hermano Manuel, tan inseparable
camarada de empresas literarias y teatrales, convertido ahora en importante
defensor de esa España que empuja a él y su otra familia al destierro. Las
solicitudes por su madre anciana —que morirá tres días después del poeta, y por
sus sobrinas (hijas de su hermano José), a las que quería como un padre y de
las que no se tenía noticia. La irremediable pérdida de Guiomar, su gran amor
otoñal, cuyo recuerdo le acompañará durante todo el exilio interior y exterior,
hasta las mismas puertas de la muerte. Las circunstancias pueden ser las
siguientes: el fumador viejo: Machado era un empeñado fumador, y probablemente
adicto al café. Su hermano José referirá igualmente que, en las largas veladas
de colaboración entre los dos hermanos Antonio y Manuel para escribir las obras
teatrales, fumaba con abundancia. También puede ser como la muerte de Abel Martín: En los testimonios fotográficos conservados de Machado se hace muy
patente su progresiva decrepitud. Desde la famosa fotografía tomada por Alfonso
en el café de las Salesas en Madrid en 1933 en la que el escritor, con gesto
algo adusto, todavía luce una generosa papada, hasta las tomadas en Valencia en
1937 ha
pasado un mundo. Él mismo se reconoce viejo y enfermo en una carta escrita a
mediados de ese año. Pero las fotografías son mucho más expresivas. En ellas la
cara del escritor aparece famélica, el pelo alborotado, profundas arrugas en la
frente y hundidos los ojos tras los anteojos de pasta. Recuerda la facies
característica de los pacientes con enfisema pulmonar avanzado
Fotografía en el café de Salesas
Hola Alejandro, quería decirte que me ha encantado tu entrada sobre Antonio machado y he de reconocer que me ha parecido muy interesante,y muchas cosas me han resultado familiares debido a que las hemos estudiado en clase. Un abrazo
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