lunes, 21 de septiembre de 2015

El viaje

Espero que esta narración ficticia sobre los refugiados os guste.


Hola, mi nombre Ahmed y ya estoy en España. He pasado momentos difíciles para intentar legar a ella pero al fin lo he hecho. Y quiero contaros como fue.


Recogía la ropa que había por el salón de un piso en que estaba viviendo y el cual no había pagado alquiler durante varios meses. La hacía una bola para meterla cuanto antes y poder salir pronto para no cruzarme con el dueño del piso y me obligara a pagar. Cogí cosas básicas como algo de comida, un poco de dinero y ropa. Lo dejé todo metido en la bolsa, la cogí y salí corriendo de aquel piso pensando en donde me podría alojar. Cuando bajaba las escaleras, por el primer piso vi como el casero se dirigía hacia la casa. No tenía lugar alguno donde esconderme pues las llaves las dejé dentro. Entonces, al verme sin ninguna idea de hacia donde ir tomé las escaleras hacia arriba hasta llegar a la azotea. Estaba a una gran altura para saltar. A la vez que pensaba qué hacer observaba cómo la gente corría Avenida abajo sin parar, empujándose unos a otros. Comprobé si el dueño se había ido y parecía que si, entonces empecé a bajar escaleras rápidamente hasta llegar a la calle. Por fin llego y veo que la gente sigue yendo hacia abajo y desconozco el lugar. Ante la duda, comienzo a bajar yo también. La gente empujaba, se caía y casi no podías ayudar porque te aplastaban si parabas. Mientras corría veía que la gente apenas llevaba equipaje, parecía como si hubiesen salido de su casa a la fuerza y no le hubiesen dejado coger nada. A los cinco minutos llego al lugar hacia donde la gente iba y veo que se va haciendo un tapón para entrar a la estación de Argelia. Creo que ahora me cuadra todo, están intentando huir del país. Sufro empujones, cabezazos, y mis oídos empiezan a pitar como un fino silbato. Digamos que me quedé un poco en shock, pero me daba cuenta que estaba avanzando hacia el interior de la estación. Una vez dentro veo que la gente está corriendo como loca hacia los vagones de un único tren que les puede sacar del país. Entonces me apresuro y comienzo a bajar escaleras, pasar por un pequeño túnel y poder llegar a la vía principal en la que se encontraba el tren. De nuevo vuelvo a ver otro tapón, pero este es peor. La gente esta pegándose para poder entrar, veo sus caras de dolor, también veo como los niños sobrevuelan a los mayores para entrar. <¿Qué haces aquí?> pienso, y comienzo a adentrarme entre la gente y nada más meterme entre ellas comienzo a recibir manotazos que no se por donde me llegan, comienzan a tirarme de la ropa, a cogerme del pelo e incluso a ahogarme. Pero yo no me rindo y sigo intentando meterme. He de admitirlo, yo también pegué manotazos a la gente para que me dejaran entrar, pero había que hacerlo si querías salvarte. Llego casi a las escaleras que conducen al vagón y vuelven a tirarme de la mochila para que no entre, veía que el tren arrancaba y yo no estaba dentro subido y decidí quitarme la mochila y subirme. Ya estoy dentro, solo falta esperar. Llegamos a Melilla y nos volvemos a encontrar con otro obstáculo que es la frontera de ésta. <no sé cuando tocará>, pienso.
Faltó esperar 2 día para que pudiéramos entrar en España pero la espera mereció la pena.
Hoy en día vivo en un pueblo de Murcia y vivo mi vida más feliz que nunca.
                                                           Fin


Narrador: Ahmed, en primera persona.
Acción: tiempo interno y espacio: Argelia y Melilla
Estructura: 
  - Planteamiento: desde hola... hasta... fue
  - Nudo: desde recogía... hasta... pienso
  - Desenlace: desde faltó... hasta... fin
Tiempo: lineal